La Iglesia: Guardiana de la Palabra
- Jesús Zabaleta

- 19 oct
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 oct
Octubre es el mes de la Biblia. Más que una fecha en el calendario, es una oportunidad para recordar que la tarea de custodiar, amar y vivir la Palabra de Dios no le pertenece a una institución, sino a la iglesia misma.El guardián de la Palabra es el pueblo de Dios.
Los de Berea: un modelo de discernimiento
Cuando Pablo y Silas llegaron a Berea, dice el libro de los Hechos que los judíos de esa ciudad “eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la Palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
Esa actitud refleja lo que debe ser una iglesia sana:
Recibe la Palabra con disposición.
La examina con profundidad.
Discierne con madurez.
Los bereanos no rechazaban al predicador, pero tampoco lo idealizaban. Amaban la Palabra más que al mensajero. Por eso, el Espíritu Santo los llamó “más nobles”.

Un detalle interesante: Algunos comentaristas explican que la sinagoga de Berea estaba lejos de los grandes centros religiosos, y quizás por eso sus miembros tenían un corazón más humilde y dispuesto a aprender.
Matthew Henry dice que su nobleza estaba en su espíritu: no cerraron la mente por prejuicio, sino que escucharon con sinceridad y examinaron con cuidado. Wiersbe añade que los bereanos “tenían una mente abierta y un corazón devoto”, una combinación que agrada a Dios.
La responsabilidad de la iglesia hoy
Vivimos tiempos en que sobran las palabras bonitas, pero falta la verdad. Muchos reemplazan la doctrina bíblica por mensajes motivacionales o emocionales.Por eso, el llamado sigue siendo el mismo: guardar la Palabra.Guardarla no solo significa memorizar versículos, sino vivirlos, enseñarlos y protegerlos de toda distorsión.
Cada congregación debería ser como Berea: un lugar donde la Biblia se lee con respeto, se interpreta con cuidado y se obedece con amor.
Predicar y defender: dos caras de la misma fidelidad
Pablo le dijo a Timoteo:
“Predica la Palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”— 2 Timoteo 4:2
Y Pedro añadió:
“Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.”— 1 Pedro 3:15
Predicar y defender son dos formas de mostrar amor por la verdad. Predicamos porque creemos, y defendemos porque sabemos lo que creemos.Una iglesia fiel no se acomoda al pensamiento del mundo: proclama con valentía y responde con mansedumbre.
La Palabra nos guarda mientras la guardamos
Cuando la iglesia guarda la Palabra, la Palabra guarda a la iglesia. Nos sostiene en la confusión, nos corrige cuando erramos y nos recuerda quiénes somos.
En este mes de la Biblia, no celebramos solo un libro, sino la voz viva de Dios hablándonos hoy.
Que seamos, como los bereanos, una iglesia que ama, estudia, defiende y vive la Palabra.

Comentarios